Glosario de lentillas
Fiebre del heno
La rinitis alérgica o fiebre del heno es una reacción alérgica de las membranas de la mucosa nasal después de una exposición prolongada al polvo o al polen, en personas que padecen de alergia. Los síntomas varían desde el enrojecimiento ocular, sequedad, estornudos, rinorrea, congestión y a veces hasta fiebre.
Los afectados suelen padecer de esta enfermedad, antes inusual pero cada vez más extendida, sobre todo en primavera, donde los síntomas se agravan considerablemente, por el periodo de floración. Sin embargo, es posible que los afectados puedan desarrollar esta enfermedad de forma perenne, es decir, durante todo el año. Esto es especialmente problemático para los portadores de lentes de contacto debido a que sus ojos están expuestos a una irritación adicional y el uso de las lentes es a menudo desagradable.
Tratamiento de la fiebre del heno
Existen varias formas de tratar la rinitis alérgica: a través de corticoides, antihistamínicos, descongestionantes nasales o a través de vacunas hipoalergizantes, para crear resistencia a los alérgenos y fomentar la tolerancia del sistema inmunológico ante ellos.
Recomendaciones para los usuarios de lentillas
Sería recomendable que los afectados por la fiebre del heno se decidieran por lentillas de uso diario, ya que, al ser desechadas cada día, tienen una exposición al polen menor que otras lentes de contacto. Conviene que las lentes de contacto sean blandas, ya que favorecen la comodidad ocular en el usuario y no necesitan tiempo de adaptación. Además, es muy importante el uso de gotas lubricantes, para favorecer la hidratación ocular y evitar los depósitos de polen. En el caso de usar gotas oftálmicas para combatir la alergia, asegurarse de que no tienen contraindicaciones para el uso de lentillas, para evitar daños en las lentes de contacto.
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